Rosseau y la enseñanza de los niños.
Según Rousseau, el niño, durante su infancia y niñez,
debe aprender por si sólo ya que tiene capacidades desde que nace para
hacerlo. La experiencia es vital para que el niño aprenda y también lo
es el hecho que el niño viva en la naturaleza, que aprenda de ella y que
no esté en contacto con la sociedad hasta que no esté preparado. El
desarrollo natural es el ideal y no hay que dejar que nada interfiera.
Si el niño se comporta mal, no hay que castigarle, hay
que dejar que aprenda él mismo las consecuencias de sus actos y así
aprenda de la experiencia.
El autor no está de acuerdo con enseñar al niño cosas para las cuales no
está preparado, como se haría en la enseñanza pública, si no proteger al
niño de todas aquellas influencias negativas que puedan acecharle. La
idea de obediencia y del deber son conceptos que no tienen ninguna
importancia ni interés para Rousseau, además de considerarlos
perjudiciales. La única ley que debe seguir el niño es la de la
necesidad, refieriéndose a que el niño de lo único que tiene que ser
dependiente es de las cosas y no de las personas.
Al no haberle prohibido su libertad por explorar, aprender y
experimentar, tiene la mente abierta para poder descubrir cosas nuevas
del ambiente en el que vive.