Cartas de un asesino.

“Si quiere volver a ver a su hija, haga lo que le digo” Así comenzaba la angustiosa carta que recibí un 28 de marzo de 1998. Pero, ¿quién era su autor?

Según leía la carta empecé a sospechar de todo el mundo, desde mis compañeros de trabajo hasta mis amigos de toda la vida ¿Por qué? Tengo que decir que soy una persona muy influyente pero por aquel entonces lo era más aún. Quizá ese fue el motivo por el que secuestraron a mi hija.

Recuerdo aquel día como uno de los peores de mi vida, anduve a la deriva buscando la explicación de por qué esto me tuvo que suceder a mí. ¿Y mi hija? ¿Cómo se encontraría mi hija? Puedo jurar que cuando terminé de leer la carta mi corazón se rompió en mil pedazos.

¿Quién sería? La pregunta me atormentó durante días e incluso, a veces, me dejaba inmóvil sin saber cómo reaccionar ni a dónde ir.                                                                                                             

 Leí la carta cientos de veces intentando buscar pistas. Una de esas veces me percaté de que la última frase del escrito contenía un acertijo que decía así "En el Grito está la respuesta" Pero, ¿A qué se refería?
Me di cuenta de que la última vez que salí de casa con mi hija fue al museo donde, casualmente, había un cuadro llamado “El Grito”. Sin pensármelo dos veces fui directo al cuadro y allí, escrito en él, vi la siguiente pista que me llevaría hasta mi hija…