sábado, 10 de junio de 2017

El Extranjero

El Extranjero, de Albert Camus (1913-1960), es una novela a tener en cuenta no sólo por su calidad literaria, que es rebosante; sino por su profético estudio sobre el ser humano, sobre su advertencia de la creación progresiva de lo que podemos entender como “hombre del tercer milenio”, es decir, una solitaria, resignada ante la vida, carente de emociones y de valores, hasta el punto de ser incapaz de distinguir el bien y el mal. 

Estamos ante una obra existencialista, que plantea tantas cuestiones sobre la identidad del ser humano que es una poderosa fuente de reflexiones para el lector. 

Lo más inquietante de esta novela es que, a pesar de estar relatada por el propio protagonista, está inundada por un tono frío, neutro, sin implicación social o emocional de ningún tipo. Bajo esta perspectiva de frialdad, Camus conduce al protagonista a una sensación constante de monotonía e indiferencia que salpica a sus circunstancias exteriores, hasta el punto de matar a un árabe “porque se lo han dicho”. 

El final del libro supone la imposición de la insensibilidad, del desamor y de la indiferencia. Una culminación auténticamente pesimista y desencantada, como advertencia de la nueva generación social que puede que no esté tan lejana, una nueva generación de seres alienados y distantes, vacíos y deshumanizados.

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